Cuando una empieza a plantearse el encaminar su trayectoria profesional hacia el mundo de la docencia y además en la etapa de infantil, son muchas las dudas que te asaltan, una de ellas es ¿seré capaz de hacerlo bien?. Sin poderlo evitar llegan a tu mente las referencias que ya conoces de enseñanza, aquella forma distante de trasmitir meros contenidos sin tener en cuenta a la persona o personita. Y entonces pienso: " ¿de qué forma puedo hacerlo mejor? ¿Hay alguna manera de educar teniendo en cuenta las necesidades y capacidades de cada uno?
Pues bien, ahora conozco el aprendizaje cooperativo, no es nada extraño, se les podía haber ocurrido usarlo hace mucho tiempo, pero claro, era más fácil lo otro. Con este tipo de aprendizaje se tiende la mano al niño, se le ayuda desde un plano intermedio, no superior como antes, hay un acercamiento entre el alumno y el profesor y también entre los demás alumnos entre sí. Para mi el objetivo principal de este tipo de trabajo es preparar a los alumnos para la vida, en definitiva tarde o temprano tendrán que verse en alguna situación en la que no habrá otra que trabajar codo con codo con los compañeros, y si desde pequeños aprenden las ventajas de esto será mucho más fácil.
Por otra parte, vivimos una etapa en la que nos abordan nuevos desafíos, la escuela está sufriendo cambios muy notables sobre todo por tenerse que adaptar a las nuevas corrientes, a las nuevas gentes que antes no estaban, a las nuevas situaciones, como la actual crisis económica que empieza a zarandear el mundo de la educación, por si ya teníamos poco.
Pues bien, no está de más que estemos preparados para atender diversas características, situaciones, que aprendamos a escuchar y a ser escuchados, a respetar y a ser respetados, en definitiva valores que desde muy temprana edad está bien ir incorporando puesto que nos van a acompañar y a ayudar en todos y cada uno de los entornos y las etapas de nuestra vida.
El trabajo cooperativo puede ser la base de las relaciones y de la vida. De hecho lo estamos experimentando en clase con nuestros equipos, tenemos un equipo de base con el que trabajamos permanentemente y en el que hemos aprendido a organizarnos, a cumplir una serie de objetivos respetando a los compañeros, los tiempos y las necesidades de cada uno.
Existen en esta forma de trabajo otros dos tipos de equipo, los esporádicos y los de expertos, otras dos maneras de llegar a todos los alumnos, e incluso de ayudar a la autoestima, porque siempre hay algo que uno puede dominar más que otro y así se le da la oportunidad de compartirlo y sentirse útil. Yo se lo recomendaría a alguien que actualmente forma parte y muy importante de la vida de uno de mis hijos. Así como cualquiera de las técnicas de aprendizaje cooperativo, ya sea la TAI, la tutoría entre iguales, el rompecabezas, con el que pusimos el ejemplo de un mural hecho por cada miebro del equipo, o los grupos de investigación. Cualquiera de estas técnicas aplicadas al aula de infantil, bien adaptadas claro, podrían ser una buena herramienta para que los niños acudieran al colegio con una motivación muy distinta a la que muchos hemos tenido.
Ahora que ya conocemos todo esto sería estupendo acudir a las aulas con una actitud de innovación y llevar a la práctica este tipo de aprendizaje. Espero que así sea y podamos colaborar en la mejora de la educación, pese a todo.
Reflexión sobre los modelos de mediación.
En este tema tengo pensamientos enfrentados. Por una parte cualquier tipo de mediación para resolver un conflicto es positiva, siempre y cuando se logre el objetivo que es la resolución del mismo. Sin duda el modelo punitivo no logra el objetivo puesto que tampoco lo busca, a mi parecer sólo busca la sanción, quizá encontrar en el miedo a ser castigado el no volver a realizar el hecho por el que se ha llegado a esa situación. Los demás modelos son más lógicos atendiendo a la razón, aunque si nos situamos en un aula de infantil, bastante difícil de aplicar. En este caso hacen falta algunos ingredientes más según mi punto de vista. Un poquito de psicología, templanza y experiencia para empezar. Digo esto porque si me remito a mi experiencia con niños, es muy complicado mantener la calma en ciertas ocasiones, sobre todo cuando se te han revolucionado los 25 de la clase y careces de tablas para volverlos a controlar, en ese caso recurres a lo más inmediato y suele ser el castigo de momento, cuando vuelva la calma ya veré lo que hago.
A lo que me refiero es que hay que intentar aplicar estas prácticas en las que impera la palabra y el razonamiento, pero hay que tener en cuenta la complicación que a veces supone esto unido a la inexperiencia.
De todas forma qué duda cabe que el modelo punitivo debe desaparecer de nuestro panorama, aunque sólo sea porque ya lo hemos sufrido suficiente y en definitiva no se ha conseguido nada con él. No hay que eludir las normas aunque integradas en un marco democrático, justo y organizado.
El fin u objetivo de estos modelos es favorecer un ambiente positivo de convivencia, que es de lo que se trata, porque sin esto es muy complicado seguir con los sigiuientes objetivos de aprendizajes y educación.
Busquemos entonces la manera de solucionar los posibles conflictos de una manera razonable con un modelo integrado o relacional puesto que la relación entre las personas es la base de la convivencia, y vamos a tener que convivir en cada etapa y entorno de nuestra vida, así que enseñemos a nuestros niños a hacerlo bien.
Reflexión acerca de los decretos de convivencia.
Habiendo leído tanto el decreto de la comunidad de Madrid como de Castilla La Mancha he llegado a la conclusión de que, aunque uno es obviamente inspirado en el modelo tradicional y el otro es más innovador, para mi gusto ninguno de los dos reflejan al cien por cien la realidad de las aulas.
Quizá el de la comunidad de Castilla La Mancha se acerca más puesto que es más cercano, integra a las familias en la resolución de conflictos, atiende a valores tales como la tolerancia, el respeto, la libertad, promueve la participación mietras que el de la comunidad de Madrid es más autoritario. Sin embargo creo que hace falta algo más, porque creo que está bien empezar a inculcar y a utilizar ciertos valores a los niños desde pequeños, es decir en sus primeras etapas de aprendizaje y de vida, pero y los que ya no los tienen, los más mayores con los que no se ha hecho bien desde un principio y hoy a la primera de cambio levantan la mano al profesor e incluso a sus padres y por supuesto a sus iguales. ¿Qué hacemos con ellos? ¿No es tarde ya para hablar? ¿Cual sería el mejor método para éstos?
No se, me surgen muchas preguntas al respecto. Pero eso sí, reconozco que me alegro de estar en la Comunidad de Castilla La Mancha.
Por otra parte, me pregunto si cada vez que se cambie de gobierno en las autonomías también cambiarán este tipo de decretos, por lo que siempre estaremos pendientes de cómo se puede actuar o no según la ley. Y como los que legislan no son los que están en un aula rodeados de alumnos y viviendo situaciones que ellos nunca imaginarían, creo que nunca ningún decreto estará ajustado a la realidad y será realmente útil.
Esta es mi humilde opinión.